martes, enero 10, 2006

J-Drama: Ichi Rittoru no Namida

Realmente se me hace difícil hablar de Ichi Rittoru no Namida. Hacia mucho tiempo que no me pasaba lo que me ha sucedido al ver esta serie. Comencé su visionado el pasado viernes, viendo el primer capitulo. El sábado me puse en faena y vi el segundo. El domingo tocaba el tercero Esos tres primeros capítulos me gustaron bastante, pero lo que sucedió ayer es de esas cosas que no me pasan muy a menudo.

Tranquilamente empecé a ver el capitulo del día, el cuatro, tras su visionado no pude evitar el ver el cinco, sin mas dilación tuve que ver el seis, el siete cayo por su propio peso, el ocho, de este ya os hablare mas adelante, el nueve se hizo inevitable, sin mas dilación tuvo que caer el diez y finalmente complete la serie viendo el decimoprimero y ultimo capitulo.

Sí, una maratón, algo que además de esta serie solo había conseguido Good Luck!!, aunque hay otras pocas que de haber podido se que hubiera pasado lo mismo. Ichi Rittoru no Namida es una serie absolutamente entrañable, triste, alegre por momentos, depresiva en otros, pero con un mensaje de fondo que no destila otra cosa que positivismo. Ichi rittoru no Namida es por meritos propios uno de los mejores J-Drama que he podido ver hasta ahora y otro de los elegidos que ha conseguido sacar unas lagrimas de mis ojos.

A pesar de ser un J-Drama, esta basado en una historia real. Como no podía ser de otra forma, la historia ha sido ampliada con ficción, pero la base es totalmente real. Se basa en los diarios que Aya Ikeuchi empezó a escribir tan buen punto se le diagnostico su enfermedad. A través de ellos podemos ver los momentos difíciles, los momentos felices, los miedos que la enfermedad le causo y como los enfrento. Aya Ikeuchi fue una persona ejemplar, alguien que no se rindió hasta el último momento a pesar de lo que la vida le deparo. Siempre intento ver el lado bueno de las cosas, aunque a veces, inevitablemente se derrumbara. Este diario fue posteriormente recopilado y editado en forma de libro. Aya Ikeuchi falleció en 1988. A día de hoy, 18 años después, 1,8 millones de ejemplares se han vendido de dicho libro. Creo que sobran las palabras.

Volviendo a lo que es el J-Drama en si, el inicio nos sitúa con una Aya de 15 años vital y a punto de realizar los exámenes de ingreso para la secundaria. Fue en esos días cuando la enfermedad comenzó a manifestarse levemente. La madre de Aya será la primera en ver que algo no marcha bien y le pedirá a su hija el ir al hospital a hacerse un chequeo. Aquí comenzara el triste camino de Aya. Se le diagnosticara Spinocerebellar Atrophy, una enfermedad sin cura que progresivamente va degenerando al aparato nervioso. Primero le costara andar, para después comenzar a tener dificultades para controlar todo su cuerpo, para poder hablar, o para simplemente tragar los alimentos.

En principio, su madre no querrá contarle a su hija la verdad, porque no quiere que alguien tan joven que apenas empieza a disfrutar realmente de la vida, deba enfrentarse a algo tan terrible. Sin embargo, será la propia Aya la que vea que las cosas no van bien y poco a poco ella misma descubrirá la enfermedad a la que debe enfrentarse. Desde este punto, como ella bien dice, su vida cambiara por completo. Una vez asumido su estado, intentara mantener una visión positiva de la vida, algo que a veces le resultara difícil. Por suerte su familia siempre estará allí y también algunos compañeros de clase, en especial Asô-kun.

Por desgracia, mucho me temo que la Aya Ikeuchi real, no tuvo a su lado a una persona como Asô-kun, el protagonista masculino del drama, un autentico punto de apoyo para la protagonista. Al no tener ninguna referencia sobre el en los créditos finales de los capítulos, donde podréis ver fotos de la Aya real y sus mas allegados, ni en el mismísimo final del drama, me imagino que este importantísimo personaje dentro de la serie, no es otra cosa que objeto de la ficción.

La relación entre los dos protagonistas será la típica que ya hemos visto otras veces. Ambos distantes y opuestos en principio, pero que poco a poco verán que se necesitan el uno al otro. La serie progresa a un ritmo mas o menos lento, hasta el capitulo nueve apenas habrá pasado un año real desde el principio de la misma. En estos episodios vamos viendo el deterioro de Aya, pero también su espíritu positivo, que la impulsa a seguir adelante siempre con una sonrisa en la cara. En contraposición podremos ver lo dura e injusta que a veces es la gente con los discapacitados

Es justo en el octavo capitulo donde nos topamos con el que para mi es no solo el mejor capitulo de la serie, sino uno de los mejores capítulos que he visto en cualquier J-Drama. Este se titula igual que la serie, lo que no deja de ser una pista de que nos toparemos con un punto importante. Y a buen seguro que lo es, desde aquí hasta el final las cosas cambian radicalmente para los protagonistas. Este capitulo es triste y emotivo y donde de verdad aquellos que aun tengan algo de corazón, es prácticamente seguro que no podrán conseguir retener alguna lagrima.

El noveno capitulo aun mantiene un carácter algo positivo, pero los dos últimos episodios realmente pueden llegar a deprimir a cualquiera. Ver la progresión de la enfermedad y como esta va haciendo mella en Aya es realmente triste. Cada vez le cuesta mas encontrar motivos para querer seguir viviendo, pero a pesar de todo sigue intentando ofrecer una sonrisa. Y es que quizás este es el mayor mensaje de la serie, pase lo que pase debemos siempre intentar seguir viviendo.

A nivel interpretativo he de reconocer que me he quedado gratamente sorprendido. Erika Sawajiri, la actriz que interpreta a Aya, es increíble. Consigue hacer a su personaje totalmente creíble en todo momento, entrañable y querido. La sonrisa que esta chica imprime a la Aya de ficción es de esas que difícilmente se olvidan, preciosa como pocas. A la hora de llorar, otra de la cosas que deberá hacer a menudo, también esta fantástica. Realmente espero que esta chica se leve algún premio por la interpretación que hace en esta serie. Creedme que interpretar a Aya Ikeuchi no es una tarea fácil y Erika lo ha bordado. Ya tengo una nueva actriz a seguir en un futuro.

El resto de actores tampoco desmerecen en absoluto consiguiendo encajar muy bien en las personalidades de los personajes que deben interpretar. Ryo Nishikido, otro actor que no conocía de anteriores dramas, de hecho casi todo el mundo me ha resultado nuevo en esta serie ^___^, también hace un trabajo excelente en su papel de Asô-kun. Quizás el que más desentona es el actor que interpreta al padre de Aya. Este hombre ha de proceder de alguno de los diferentes tipos de teatro que hay en Japón, pues sobreactúa una cosa mala. A pesar de ello no deja de conseguir crear a un personaje de lo más divertido. Suyos serán los momentos de humor más puro presentes en la serie.

Si hay un factor que ayuda a que un J-drama aun se engrandezca más, es su banda sonora. En esta serie encontraremos unos temas instrumentales inolvidables, que casi siempre encajaran perfectamente con la acción que se desarrolla en pantalla. El apartado vocal de esta serie, a diferencia de lo que sucede en otras, no se queda atrás en ningún momento, mas bien al contrario se convierte en uno de los ejes centrales de la misma. Los momentos más memorables que vivirán Aya y Asô a lo largo del metraje siempre estarán acompañados por una composición vocal increíble y que solo escucharla nos hará revivir pasajes de la serie. Otro tema vocal será un punto de referencia en esta serie. Interpretada por el mismo cantante que la anterior, esta tendrá mas simbolismo en la propia trama y al final del octavo capitulo será casi la protagonista total. No quiero completar el repaso sonoro son mencionar Only Human, el Ending de la serie interpretado por K, un cantante Koreano que ya nos deleito en H2.

¿Me he extendido mucho? Sí, pero a pesar de ello no he podido contaros ni la mitad de lo que quería. Se hace difícil hablar de Ichi Rittoru, es una serie que debe verse para poder ser valorada justamente. Seguro que a pesar de todo habrá quien pueda verla y no le guste, habrá quien le encantara y no querrá reconocerlo y por ultimo estaremos aquellos que guardaremos para siempre estos once capítulos como un tesoro. Gracias Aya por darnos una nueva visión de la vida, una vida que muchas veces tendemos a intentar complicarnos, sufriendo por cosas, muchas veces realmente sin importancia, que acabamos por convertir en autenticas piedras que cargamos sobre nuestras espaldas.

Aya si que cargo con una verdadera losa, pero aun así supo verle el lado bueno a la vida, a lo bello que es simplemente vivir. Lo ultimo que le veremos decir a la Aya de ficción no lo hará hablando, sino señalando sobre una tabla, será Ikite (Vive) Eso es lo que debemos hacer todos, vivir sin buscar siempre lo malo que ello pueda conllevar. Debemos vivir tratando de buscar lo bueno. Me acabo de fijar un objetivo, quiero leer el libro de Ichi Rittoru no Namida, quiero poder leer todo lo que Aya dejo escrito en ese diario que finalmente quiso que todos leyéramos. Por lo pronto voy a ver otra vez la serie, pero esta vez con más calma, a volver a deleitarme con la sonrisa de Aya, la real y la de ficción, a volver a vivir los puntos de ficción que imprime la serie y a volver a soltar casi un litro de lágrimas.

“What’s wrong with falling down?...You can always stand up again” Ikeuchi Aya

http://mullemeck.serveftp.org/jps_beta/index.php?page=browse&search=1+litre+of+tears

(para poder bajar los episodios primero deberies daros de alta.)

2 comentarios:

Digipure dijo...

Yo no puedo ver estas cosas T.T

Takumi Fujiwara dijo...

Jajaja, pues va muy bien para hacer una buena limpieza de ojos y de espiritu. La series es triste, mucho, pero despues de verla te planteas las cosas de una forma distinta.